¡A dejar todo en la cancha!
Así
nos referimos al esfuerzo máximo de dar todo por un objetivo, un sueño, una
meta.
Es
a los deportistas a quienes generalmente les decimos esta frase, esperando que a
lo largo de los 90 minutos de juego (en el caso de los futbolistas) se
esfuercen, se comprometan con su público, con la esperanza de darle a sus
seguidores una alegría y que hasta el último minuto se la “jueguen”.
Y ¿Qué tal si te pones los
chimpunes y juegas tu propio partido?
Muchas
personas viven la emoción de un deporte como si fueran parte del equipo,
extraña que a veces no tengan ese mismo entusiasmo para entrenarse y correr a
alcanzar sus propias metas, tratemos de incorporar toda esa energía con la cual
alentamos al equipo de nuestros amores a
diseñar nuestra propia estrategia para ganar el partido más importante
que jugamos día a día, el de la superación constante, el de tener la convicción
que si te la juegas lograras tu meta o por lo menos te acercaras mucho mas a
ella.
¿Acaso no tienes al mejor
jugador del mundo a tu lado? (TU mismo).
Todo
deportista trabaja en dos aspectos importantes: el físico, estar preparado para
enfrentar la competencia en las mejores condiciones, tener la resistencia para
correr a lo largo del partido y la técnica para sortear al adversario pudiendo
hacer los paces en el momento preciso y a la persona correcta que le acerque a
la oportunidad de anotar y lograr el ansiado triunfo. El otro aspecto es el
emocional, esa convicción y confianza interna de que estas preparado para dar
lo mejor porque sabes lo que tienes que hacer y cómo hacerlo, la suerte es el
encuentro de la preparación con la oportunidad* no es el factor decisivo en el
triunfo, aunque siempre ayuda. No le dejes todo el trabajo a un jugador
invisible.
Así
como cada 4 años añoramos con ir a un mundial y sufrimos partido a partido por
ver acercarse a nuestro equipo/ selección a la clasificación sería útil por tu
tranquilidad evaluar tu plan. Si, ese que haces mentalmente o tienes escrito al
inicio de cada año para tener una guía de los avances, y poder hacer los
ajustes, no hay jugador suplente pero si tiempo de descanso, úsalo para
reevaluar tu estrategia.
Vive
con la misma emoción al que asistes a un partido de clasificación a tu propio
campeonato y juégalo hasta dejar todo en la cancha. Sin duda el éxito será
siempre tu aliado.
*Tony
Robbins – Greatest Life Lessons
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