5 Motivos para partir: Llegó el momento de decir adiós

Así como en las relaciones personales hay desgaste, esta sensación también se da en nuestra relación laboral y es necesario prestarles la debida atención.


Las etapas llegan a su fin, por mucho que algunas puedan haber durado. Y como en todo proceso en el cual nos involucramos con compromiso, es necesario reconocer cuando llego ese momento de partir.



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El término de una relación – cualquiera que ella sea- nos atemoriza porque en primer lugar nos confronta con nuestros sentimientos, es analizar porque no seguimos sintiendo esa pasión que nos daba la energía de tomar nuevos retos y hacerlos realidad, es preguntarnos que le sucedió a la alegría que iluminaba nuestro rostro y era el combustible para recargar nuestra energía día a día. No todos tenemos la valentía (porque se requiere coraje para evaluar una situación tal vez cómoda económicamente, pero frágil a nivel de satisfacciones con la convicción que es necesario cambiar) de hacerle frente a una situación que dejo de darnos felicidad y más bien empieza a convertirse en una molestia y una carga pesada de sobrellevar.



Comento con frecuencia sobre el síndrome de domingo por la tarde, esa sensación de tristeza y hasta angustia que se siente cuando vemos que va terminando el día, y nos acerca al inicio de una semana, con la misma rutina, en el mismo lugar, y casi las mismas actividades que ya no te generan entusiasmo. Si te sientes identificado tal vez vale la pena prestar atención a estos signos



Signos evidentes de que la relación no da para más:


  • Fatiga: Los días lunes son los más pesados pues vienes de un fin de semana donde no hay un horario que cumplir, y solo te impulsa el deseo de hacer lo que realmente te gusta, de aprovechar cada segundo para poder hacer lo que más te entusiasma, no importa si hay pago de por medio. Si cada lunes te cuesta levantarte y salir de casa probablemente algo no está yendo bien, no culpes al clima el tema de fondo es que si sientes que no eres libre, es porque se perdió la ilusión.
  • Aburrimiento: la creatividad antes compañera inseparable hoy es escasa, dejo de ser la musa inspiradora que te permitía crear y aportar a la actividad en la cual te desempeñas y que era el atributo más reconocido por todos los que estaban cerca de ti.
  • Llegue al techo: Pasan los días y meses, peor aún años y no sientes que estés avanzando hacia tus metas, ( las tenías?) solo reparas en el tiempo que va pasando y te va dejando un vacío, no sabes cómo así se pasó el tiempo y lo único que te va dejando es un cumulo de años perdidos, peor aún si no te estas actualizando y al parecer ya no tienes donde crecer.
  • No eres escuchado: sigues contribuyendo con el crecimiento de tu organización, pero no eres escuchado, te convertiste en un número, una estadística que solo recibes instrucciones de que hacer o no, pero los aportes no se escuchan porque hay otras personas cuya voz tiene mejor melodía. Doloroso pero real, tu opinión dejo de ser tomada en cuenta, más no tu productividad.
  • Ingresos restringidos: Si bien la decisión de dejar un trabajo no es netamente económica si es un factor que cobra mayor importancia cuando los otros componentes como buen ambiente laboral, oportunidad de crecimiento, liderazgo, reconocimiento y visión de futuro no existen. Es válido que te preguntes si estas en condiciones reales de mejorar ese nivel salarial fuera, para lo cual es conveniente hacer un estudio previo a tomar decisiones definitivas.



Lo que sí es real es que si te empiezas a identificar con alguno de estos síntomas detente y reflexiona, tal vez es momento de decir adiós a una relación que no da para más y darle la bienvenida a una aventura que de seguro te traerá alegría, entusiasmo, y vitalidad. No temas al cambio, el futuro lo diseñamos nosotros.


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